Job fue un
hombre puesto a prueba, a pesar de que ese libro bíblico es una fabula, es
interesante leerlo e interpretarlo.
Lo primero
que vemos es que Job es vapuleado de una manera extrema, no hay ser humano que
aguante tanta aflicción.
Luego todos
sus cercanos lo mal aconsejan con palabras huecas y al final escucha la
enseñanza de Dios y continua de nuevo con su vida más fructífera que antes.
El consuelo
es ponerse a la orden y acompañar al afligido. Las palabras, los consejos y los
autores de autoayuda de nada sirven en momentos difíciles.
Yo recuerdo
un amigo cuyos padres se divorciaban y su madre se lo iba a llevar para
Barcelona [Anzoátegui], se acerco a nosotros [sus panas] y mientras el quedo en
silencio sentado en un sofá, nosotros hicimos lo mismo y nos pusimos a la orden
por si algo quería. Primero nos pidió agua, pasado un buen rato nos dijo que
tenía hambre. En la tarde-noche estaba alegre porque había caído en cuenta que
tenía 16 años y a los 18 podía decidir lo que podía hacer.
Y lo hizo, se
vino a vivir otra vez cerca de su padre, de sus querencias y todavía somos
panas.
Entonces el
consuelo es presencia activa.
Para Job
hubiese sido mejor el silencio y la presencia de sus amigos, que la cháchara que le
montaron…
Hablaremos
de Job…mas adelante.
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