domingo, 24 de noviembre de 2013

Cuidadosos y observadores antes de actuar



Debemos recordar que los grados de aflicción dependen de la persona y de las circunstancias que lo hayan llevado a vivir el momento.
También hay que tener en cuenta si la persona es propensa a enfermarse de los nervios o de la mente. En ese caso sugerir de  forma muy cuidadosa los servicios de un profesional que pueda hacer terapias o medicar.
Hay personas que son muy susceptibles y débiles ante las malas jugadas de la vida y otras que en verdad han vivido tragedias insoportables que a uno se le salen las lágrimas. En ambos casos prudencia y no caer en recriminaciones innecesarias.
E insisto en que hay que analizar cada situación para encontrar los silencios y las palabras adecuadas para tomar la mejor decisión.

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