Recuerdo que
cuando comencé el bachillerato era el peor estudiante que había, todo me
fastidiaba y me volví un cínico. Me sacaron del liceo público porque a pesar de
que era el peor, mis compañeros de estudio eran malosos y rolos de vagos y yo
no podía controlar esa situación…en pocas palabras era víctima de “bulling”.
Al cambiarme
a un liceo privado religioso las cosas se tornaron diferentes y conocí muchas
personas excelentes y estuve en un ambiente positivo.
Ahí conocí
también a un pana que era apellido Hernández [no es el verdadero apellido del
personaje], Euro Hernández era en ese tiempo un chamo bastante atento y
bastante solidario y trabamos buena amistad porque una vez me dio en plena
clase una tortícolis y había paro de transporte [cuando el pobre lava; llueve]
entonces el muy amablemente me ofreció su casa y los servicios de su mama que
era una medico conocida de la comunidad.
Nos fuimos
por el sur franco para su casa que estaba como a cuatro kilómetros del recinto
educativo. Allí la señora me brindo los auxilios médicos, merendé y cene
mientras esperaba que mi papa me fuera a buscar.
Su viejo era
un oficial de la aviación militar y era un tipo estricto, y le tenía miedo más
que respeto.
Cuando
pasamos del segundo año al tercero ya íbamos
enculillados con las “tres marías”, a decir: química, física y matemáticas.
Paso lo que tenía que pasar, a mi me quedaron las tres marías y a Euro las tres
marías y cuatro más.
Nos tocaba
reparar en septiembre y yo me prepare bien, pero mi papa esperaba lo peor,
estaba pesimista. Yo presente mis materias y como los padres nunca se equivocan…pues
paso.
Coincidimos
Euro y yo al ver las notas y vimos que estábamos “raspados”, yo me lo tome con
soda y nos fuimos juntos a la parada de busetas y en el trayecto el pana se fue
en llanto y hasta en vómitos.
Me dijo de
todo; que lo iban a joder cuando llegara a la casa, que su papa tenía razón y
el no servía para un coño, que no iba a estudiar más y se iba a comprar un
carro de raspados, etc. Yo no encontraba
como consolarlo y lo primero que se me ocurrió fue decirle es; que éramos jóvenes
y la virtud de eso es que el tiempo nos sobra, piensa en esos carajos que están
presos y luego salen y hacen cosas grandes, no dejes que ese viejo cabeza de
machete te joda la vida, repite tu año así sea por parasistema, vámonos caminando
hasta tu casa, yo te acompaño.
En el año
2005 coincidimos en un gimnasio y me dijo que estaba trabajando en una
importante empresa como seguridad interna. Hace poco hablamos de nuevo en un
centro comercial y me dijo que era sub-gerente en la misma área en la misma
empresa.
A veces uno
no encuentra que decir y un ser superior pone las palabras precisas para
consolar. Sin embargo hay que pensar muy bien antes de emitir una palabra y
escuchar primero y por un buen tiempo al afligido.
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