Todos
tenemos responsabilidad para con el afligido y si hay lazos consanguíneos mucho
más. A veces la gente no entiende que las enfermedades mentales o nerviosas son
un desorden químico por falla en el funcionamiento de un órgano tan complejo
como el cerebro, tal cual como la diabetes. La diferencia entre una y otra es
que la primera puede ser vergonzosa y causar muchas tristezas y angustias en el
hogar.
Algunas
veces recriminan al enfermo por falta de carácter o debilidad, eso es un error,
por eso hay que buscar ayuda profesional de calidad para saber cómo tratar al
ser querido en casos tan difíciles. Y no caer en la recriminación o en la manipulación
emocional del enfermo que pueden llevar a una escalada trágica como el
suicidio.
Con respecto
a las personas con cáncer u otras enfermedades terminales, pienso que el acompañamiento
y la mirada tierna y las sonrisas que uno le pueda brindar son bastante
aliciente, a veces las palabras y las frases pueden sonar repetidas y huecas.
Hay que hacerle sentir al afligido algo así como; “estoy contigo” “te queremos
y estamos haciendo todo para ayudarte” es decir, que no se sienta solo.
Y en las
funerarias es donde se cometen los peores errores y las frases mas estúpidas corren
a granel. Que te lo diga que trabaje en la Valles de Maracay.
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