LAS MATEMATICAS DE DIOS
Poner a disposición
de los demás lo que uno tiene para vivir, equivale a entregarse. No es
suficiente dar lo sobra. Hay que tener coraje para dar también lo que podemos
necesitar nosotros.
Jesús es un
buen observador. A la entrada del templo se fija en la gente. Mucha gente rica
echa en la cesta billetes grandes. Ese gesto no altera en nada su vida, siguen
el mismo ritmo. En cambio una viuda solo ha podido colaborar con unos céntimos.
Tal vez esa noche, ha tenido que acostarse sin cenar.
A los ojos
de Dios es mucho más valioso el aporte
de la pobre mujer que la abundancia de plata que depositaron los ricos. La diferencia
está en dar lo que se necesita o dar lo que sobra.
No quiere
decir que los ricos tengan que convertirse en mendigos, para que los mendigos
sean ricos. La propuesta del evangelio es la fraternidad o con palabras evangélicas,
“la fracción del pan”. Eso es lo que simboliza la eucaristía.
“El mundo
muere de frio, el alma perdió el calor, los hombres no son hermanos, el mundo
no tiene amor.
Al mundo le
falta vida, al mundo le falta luz, al mundo le falta cielo, al mundo le faltas tú”.
[Canción religiosa]
Las matemáticas
de Dios no son nuestras matemáticas.
Valen más
los céntimos con amor, que una millonada sin amor.
Hno. Carlos
Bazarra, Capuchino.
Dia del
abrazo en familia…
Sacado de la
hoja suelta Domingo que reparten en la Misa dominical. Año XLIV- Domingo XXXII del tiempo
ordinario/B- 08 de noviembre de 2009.
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