Nunca se le puede decir a un necesitado, vente mañana que mañana
si puedo ayudarte o hubieses venido antes; Mucho menos engañarlo.
Haciendo campaña electoral con un conocido que era candidato a
alcalde, nos encontrábamos en cada comunidad con personas que necesitaban
realmente ayuda; a unas se les daba respuesta
y a otras no se les podía satisfacer por falta de logística.
También hacíamos promesas dependiendo de las capacidades técnico-financieras
de una alcaldía, unos postes de luz en el barrio tal, cloacas en el otro, ripio
azul para consolidar la calle fulanito de tal y así sucesivamente.
Para sorpresa del propio candidato y de todos, ganamos las
elecciones, entonces comenzamos a cumplir con la agenda de promesas desde el
primer día.
Llegamos un día al barrio Ali Primera y preguntamos por la junta
de vecinos o por el líder de la comunidad. Salió un loco ahí que era el líder y
le comunicamos las cosas que íbamos a hacer y conversamos otras cosas más.
Primer día trabajando y todo estaba sin novedad, se nos acercaba
gente a preguntarnos cosas y esto y lo otro. Un día se me acerco una jovencita y
con mucha dignidad me pregunto; “como hago para hablar con el alcalde”, le dije
como se hacía, pero que podía decirme a mí y le comunicaba y le traía respuesta
pronta. Entonces me dijo que su hermana mayor tenía cáncer y no hallaba que
hacer.
Después de terminar la jornada laboral, visitar a la señora
enferma y preguntarle un poco de cosas. Me fui a destruir neuronas en una tasca
y comunique a mis amigos el asunto y ahí se activo:…La Liga de la Justicia.
Llamadas por aquí y por allá, buscando tarjetas de presentación de
médicos amigos y así sucesivamente.
Al día siguiente hable con el alcalde y la respuesta fue
positiva.
Llevamos a la señora y a su hermanita a ver a un oncólogo y le
llevaron todos los exámenes y pruebas y si: era correcto el diagnostico.
Sin entrar en detalles se activo una logística y lo que llaman
vulgarmente el tráfico de influencias para llevar a la señora y a su hermanita
para Caracas, Maracay y Valencia.
Después de operación y tratamiento la señora se mejoro bárbaramente.
Hace unos años me saludo en una de las tantas calles de Maracay
y no la reconocí de inmediato y luego caigo en cuenta. Hablamos un buen rato de
los detalles de su enfermedad, ¡¡tengo que estar mosca!! Me dijo en tono de
chanza…Trabajaba haciéndole diagnósticos a los carros.
Para terminar: Recuerdo que además de consolar a las dos mujeres
en su aflicción y confusión, también les di seguridad de que se iba a mejorar y
que íbamos a hacer algo.
Consolar y actuar; Tremenda fórmula para hacer el bien…
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